Chevrolet Tracker 2021, a prueba: un B-SUV digno del cuadro de honor (+ video) Gerardo García
General Motors está despertando. De ser un simple actor más en cualquier categoría en la que participe, Chevrolet ahora se está esforzando por sobresalir. Comenzó con un Onix que democratizó seguridad y motor turbo a un precio competitivo, y quiere replicar esa historia en la categoría de los B-SUV en México con el Chevrolet Tracker 2021.
Chevrolet Tracker 2021, prueba en video
Quizá el nombre Tracker lo asocies a otro SUV —bastante modesto— que Chevrolet vendía en México hace varios años. Ese modelo en realidad era japonés, un Suzuki Vitara reetiquetado que no tiene nada que ver con el Tracker 2021. El SUV que nos reúne hoy aquí es, en teoría, la siguiente generación del Trax, aunque por el momento ambos SUV compartirán pisos de venta.
El Tracker terminará asfixiando al Trax tarde o temprano con una propuesta superior en todo el sentido de la palabra, comenzando por un diseño más fresco. Su estilo encaja a la perfección con lo típico de Chevrolet, como una parrilla de doble puerto con contorno cromado e integrada a unos faros con luces diurnas de LED en forma de dos eles. Las direccionales, también de LED, van integradas en los costados de la fascia.
Si notas cierto parecido con Onix, es porque prácticamente se trata de su versión SUV. Mantienen casi la misma distancia entre ejes, aunque la carrocería del Tracker es ligeramente más corta. Mide 4.27 metros de largo, es decir, tan solo 23 mm más que el Trax, pero aprovecha mucho mejor el espacio. La cabina es amplia para ser un B-SUV, con buen lugar para piernas y sólo el necesario para cabeza. La cajuela tiene capacidad de hasta 393 litros y ofrece dos niveles para colocar su base.
Un interior que brilla por tecnología y equipamiento
La cabina del Chevrolet Tracker 2021 es muy similar a la del Onix, pero superior en acabados, principalmente por los detalles en un material azul de tacto piel con costuras blancas en contraste. Recorre el tablero de orilla a orilla, forra parte de los páneles de las puertas y decora la tapicería de los asientos.
La selección de materiales ni sorprende ni decepciona, simplemente se ubica en la media de la categoría. Donde hay un margen de mejora es en ensambles. Al circular por calles maltratadas, pequeños ruidos delatan falta de precisión en el ajuste de algunas piezas. Además, revisando a detalle, encontré una alfombra que no va perfectamente anclada al piso del lado del conductor.
A nivel ergonomía hay algunos aspectos que no me terminan de convencer, como un medallón algo más reducido de lo usual, un descansabrazos de superficie algo resbalosa, un reposapiés demasiado pequeño —y ladeado— y los controles de la computadora de viaje ubicados en la palanca del limpiaparabrisas. Lo que sí me convenció fue la posición de la pantalla y su resolución, y aquí es donde comienza lo mejor de Tracker.
Su interfaz de infotenimiento es rápida, compatible con Android Auto y Apple CarPlay, y lleva gráficos bien resueltos. También incluye los servicios de OnStar, como llamada automática de emergencia, localización del vehículo, conexión WiFi para hasta siete dispositivos o aplicación móvil para desbloquear puertas o encender el motor desde el teléfono. Este equipamiento es de serie, incluso en la versión base.
Esta versión Premier, además, integra elementos de gama alta y se convierte en uno de los mejor equipados en el segmento. Incluye espejo interior antideslumbrante automático, techo panorámico, cargador inalámbrico para teléfonos, puertos USB de carga en la segunda fila, sensor de luz y de lluvia, climatizador automático, sensores delanteros y traseros de proximidad, cámara de reversa, entre otros.
Este equipamiento de conveniencia es muy interesante, pero donde el Tracker realmente brilla es al hablar de seguridad. Integra tecnología que ningún otro modelo del segmento ofrece, como alerta de colisión frontal con freno autónomo de emergencia, monitor de punto ciego, alerta de tráfico cruzado trasero y asistente de estacionamiento automatizado, que se hace cargo del volante en maniobras de estacionamiento en paralelo y en batería.
Quizá la calidad de los acabados no sea la referente, pero el nivel de equipamiento y tecnología hacen que se nos olvide, sobre todo porque el precio se coloca en unos razonables 433,700 pesos, que es más o menos lo que cuesta el tope de gama de sus competidores, pero con una abismal ventaja en seguridad, sin sacrificar una propuesta interesante bajo el cofre.
130 hp para un SUV más cómodo que divertido
El Tracker es, básicamente, un Onix SUV. Ambos utilizan la misma plataforma global de General Motors para mercados emergentes. Quizá eso de "mercados emergentes" no despierte el apetito, pero tiene mucho sentido no sólo al hablar de costos, sino por ser una arquitectura pensada para las condiciones de las calles en este tipo de países.
Al volante se vuelve evidente. La suspensión es muy cómoda y absorbe correctamente los impactos en baches o en asfalto irregular. A ello se suma una dirección muy ligera, que aísla sólo lo necesario para que la conducción sea cómoda, pero que el conductor sepa qué está sucediendo en las ruedas delanteras.
Los frenos cumplen, aunque no sorprenden. El pedal tiene buen tacto, sin un recorrido excesivamente largo. A diferencia de otros modelos, aquí se mantienen los frenos de tambor en el eje trasero.
Esta entrega total del Tracker hacia la comodidad será muy valorado por quienes buscan eso, un SUV que se entienda bien con la ciudad, pero esta misma suavidad pasa su factura al buscar una conducción más dinámica. La altura respecto al piso y lo blando de la suspensión provocan una notable inclinación de carrocería al pasar por curvas; si son cerradas, ni siquiera es necesario ir rápido para sentirlo.
No compromete a la seguridad, porque al final tenemos un control de estabilidad listo para intervenir de ser necesario, y una carrocería relativamente ligera y fácil de controlar. Ciertamente, Tracker no es el SUV más dinámico de esta categoría, aunque el motor sí lo hace uno de los más ágiles.
A nivel global hay dos opciones de motor turbo de tres cilindros, uno de 1.0 litro y otro de 1.2 litros. A México llega únicamente el más grande, el de 1.2 litros de 130 hp y 140 lb-pie, disponible con caja automática de seis cambios. La versión básica se puede configurar con caja manual de cinco velocidades.
Este motor le sienta muy bien. Hay poco retraso en la entrada del turbo y eso ayuda a arranques ágiles; tampoco es necesario subir demasiado en el tacómetro para conseguir un buen ritmo. Su aceleración permite incorporaciones y rebases de manera más fácil que la mayoría de sus rivales, que se quedan con motores atmosféricos. Aquí el turbo no sólo ayuda con poder, sino que evita la pérdida de potencia según la altitud a la que se maneje.
Me gusta la suavidad con la que opera la caja, sin embargo, me falta una posición para llevarlo en modo manual permanente y poder controlar los cambios con movimientos de palanca, no con botones. El motor no está completamente aislado de la cabina y el ruido y las vibraciones se cuelan dos rayitas más de lo que me gustaría.
Un SUV que gusta por su tecnología
El Chevrolet Tracker sube directamente al cuadro de honor de los B-SUV. Es cierto que hay aspectos de dinamismo y calidad que no terminan de convencerme, pero pesan mucho más sus puntos a favor: tecnología de seguridad inédita en la categoría sin disparar el precio, un altísimo grado de conectividad y un motor que gusta pro su agilidad.
La gama del Tracker inicia en 339,900 pesos y llega a 433,700 pesos para esta versión Premier. Su rango de precio pisa al del Trax, que vivirá sólo unos meses más —quizá hasta un año— pero terminará dejando la vía libre al Tracker. Sería interesante ver en algún momento una nueva versión de acceso con el motor de 1.0 litro, a un precio que ronde los 310,000 pesos.
Al final, el equilibrio entre propuesta mecánica, seguridad y tecnología lo vuelven un SUV recomendable en cualquiera de sus versiones. Sus rivales en México son muchos: Suzuki Vitara, KIA Seltos, Volkswagen T-Cross, Honda HR-V, Nissan Kicks y prácticamente todo el espectro de B-SUV, que faltan dedos en las manos para enumerarlos a todos.
8.8
A favor
- Altísimo nivel de seguridad con asistencias de conducción únicas en la categoría.
- El motor gusta por su agilidad.
- El equipamiento de confort y conveniencia es muy completo.
En contra
- Hay margen de mejora en los ensambles.
- Tiende a rolar con facilidad.
- El reposapiés es pequeño y no muy cómodo.
Chevrolet Tracker Premier
$433,700
- Motor: 3 cilindros turbo de 1.2 litros
- Potencia: 130 hp @ 5,500 rpm
- Par: 140 lb-pie @ 4,000 rpm
- Transmisión: Automática de 6 vels.
- Tracción: Delantera
- Frenos: Disco / Tambor
- Peso: 1,271 kg
- Velocidad máxima: N.D.
- Aceleración de 0 a 100 km/h: N.D.
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Barra de torsión
- Longitud: 4,270 mm
- Cajuela: 393 litros
- Consumo en ciudad: 11.7 km/l
- Consumo en carretera: N.D.
- Consumo combinado: N.D.
- Capacidad del tanque: 44 litros
- Fabricado en: Brasil
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