El Volkswagen Jetta Coupé que pudo ser y nunca fue: los planes cancelados cuando no había lugar para caprichos Mau Juárez
El Volkswagen Jetta es uno de los coches más populares de México, posee una cantidad enorme de seguidores que han tenido uno o aspiran a tenerlo. De igual forma, hay cantidades enormes de detractores, pero al final del día algo es cierto; muchos siguen hablando de él y sus ventas no han menguado como la de otros rivales que incluso ya hasta se dejaron de producir. Algo que pudo haber añadido más a su atractivo era el regreso de una variante coupé que en 2010 lucía prácticamente a un paso de comenzar a fabricarse. Así fue el Volkswagen New Compact Coupé de 2010.
Hoy el Volkswagen Jetta ha vivido por un total de siete generaciones, algunas han dejado mejores recuerdos que otras, pero si algo es seguro es que es un vehículo muy popular en México por la forma en la que se configura en equipo y porque también es un producto que se arma en nuestro país. La sexta generación, la pasada, estuvo marcada por ser una generación en la que perdió algo de los lujos y el atractivo que tenía para muchos, pues pasamos de una quinta generación admirable a una sexta en la que se notaba el recorte de costos en varias áreas.
Parte de este recorte se daba para mantener al margen las ventas, pues un producto mucho más refinado, si bien le ayudaría desde el punto de vista mercadológico, no le ayudaría tanto en ventas, pues muchos no estarían dispuestos a pagar más. Otro factor es que este auto se desarrolló en medio de una crisis económica que sacudió al mundo y que tuvo lugar entre 2007 y 2009, por lo que era más seguro trabajar en un producto eficiente en costos, que dejar volar la imaginación y buscar nuevos límites para todo.
Durante el Auto Show de Detroit de 2010 Volkswagen presentó al Volkswagen New Compact Coupé, un concepto que estaba básicamente a nada de poder ser una realidad, pues tanto por dentro como por fuera no estaba tan alejado de lo que el verdadero Jetta de sexta generación sería. Aún más sorprendente fue el hecho de que se trataba de un modelo híbrido.
Por fuera el New Compact Concept tenía técnicamente el diseño final de la sexta generación del Jetta, el frente era prácticamente igual, en los costados había líneas simples pero bien marcadas y una caída de techo que lo hacía ver deportivo, algo que seguramente habría atraído muchos entusiastas de regreso a la marca.
La parte trasera también tenía calaveras casi iguales a las del sedán final y unas formas algo más detalladas y propias del coupé. Si bien el exterior era atractivo y no se notaba nada rebuscado como los conceptos iniciales de algún producto, el interior era lo que daba más esperanzas de verlo hecho realidad, pues parecía listo para comenzar a salir de las fabricas, ya que era el diseño final e incluso las texturas no se notaban pensadas para algo de una categoría superior.
Tal vez lo único algo fuera de lo común eran los asientos de corte deportivo y la parte trasera que se dividía por una consola central de un estilo que veríamos más en Audi que en Volkswagen, aún así la elección de tonos claros resaltaba cada uno de sus detalles.
Híbrido para ir acorde a una nueva era
Los fantasmas del Dieselgate aún estaban muy lejos de preocupar a Volkswagen, sin embargo, con normas ambientales cada vez más estrictas en Europa y partes de Estados Unidos, Volkswagen decidió adelantar un poco de lo que podríamos ver en el futuro, un tren motriz híbrido compuesto por un cuatro cilindros TSI de 1.4 litros con 125 hp que se apoyaba por un motor eléctrico y una batería de 1.1 kWh que apoyaba a un motor eléctrico que en conjunto producirían 150 hp.
Lo que sí se fabricó fue un Jetta Hybrid para Estados Unidos y Europa con un tren motriz similar al de este concepto.
Con dicho sistema el New Compact Concept podía hacer el 0-96 km/h en 8.1 segundos y alcanzar los 227 km/h como velocidad punta. Además ya montaba una caja DSG y sólo era de tracción delantera. La receta estaba lista y dado su nivel de desarrollo bien pudo fabricarse, incluso para bajar costos y aspirara a un público más amplio, pudieron eliminar el sistema híbrido y al igual que el Jetta Sedán, haberle dado un motor 1.4 TSI de 150 hp o bien colocar el 5 cilindros de 2.5 litros que vivió tanto tiempo en México.
Al final, algunas fuentes estadounidenses comentaron que este Jetta Coupé se pudo fabricar en la planta de Puebla, México, dado que la variante sedán también se fabrica aquí. Otro detalle es que esa misma planta surtía las necesidades de Estados Unidos, Canadá, México y algunos otros mercados con modelos como el Jetta, Golf, Beetle, entre otros, por lo que su capacidad ya estaba en el límite y dado que el mundo venía recuperándose de una recesión, hacer la inversión necesaria para ampliar la producción era muy riesgoso. Por ello la marca decidió seguir con modelos que tenían buenas ventas aseguradas.
Actualmente, conociendo el impacto que tienen los SUV seguramente hubieran hecho que un Jetta Coupé no tuviera más de una generación vigente, por lo que el no haberlo producido y dejarlo como un modelo de estudio fue una gran decisión, aunque estamos seguros que a muchos les hubiera encantado y otros tantos habrían estado dispuestos a comprarlo.
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