El uso de guantes para conducir volvió a surgir con la pandemia, pero su origen tuvo una razón muy distinta Marcos Bureau
Es muy probable que antes de que comenzara la pandemia que tiene en jaque al mundo entero, muchos de los automovilistas o entusiastas que leen estas líneas habían visto pocas personas utilizando guantes para conducir, algo que hoy, lamentablemente, es muy común.
En el mundo existen muchos mitos y leyendas alrededor de la conducción y es que esta tarea, que llevamos haciendo por poco más de 100 años, ha evolucionado, aunque algunas costumbres han cambiado poco desde hace más de un siglo.
Repetimos. Hasta antes de la pandemia era muy raro observar a personas conduciendo con guantes e incluso no debe faltar alguien por ahí que pensó que este era un accesorio innecesario que usa la gente por mero gusto y moda, aunque la realidad es que esta es una práctica que nació con los primeros automóviles y por una razón muy especial.
Los primeros vehículos que se construyeron tenían motores a vapor como los de las locomotoras, es decir, necesitaban una caldera para funcionar y esta desprendía muchísimo calor hacia la zona de conducción, por lo que los conductores usaban guantes de cuero para proteger sus manos de quemaduras, tanto en asientos, como volante y otras partes del vehículo.
Con el tiempo los vehículos a vapor cambiaron por los modernos motores de combustión interna que acabaron con las transferencias de calor desmedidas hacia las manos, pero los volantes de madera seguían resultando resbaladizos, especialmente durante el caluroso verano y el frío invierno, donde las manos sudadas o la madera semicongelada podían provocar problemas de agarre.
Por esta razón la costumbre de conducir con guantes de cuero, acompañados por pedazos de goma o caucho que aseguraban el agarre continuó en las siguientes décadas y el espacio de almacenamiento que se dejaba en el lado del pasajero comenzó a llamarse coloquialmente “guantera” pues aquí se guardaban estos necesarios accesorios.
La industria evolucionó una vez más y poco a poco los volantes de plástico, cuero y goma comenzaron a sustituir a sus contrapartes de madera, por lo que el agarre de las manos comenzó a ser más preciso y los fabricantes comenzaron a preocuparse también por la ergonomía, haciendo volantes cada vez más estilizados que permitiesen una conducción sin sobresaltos.
Es en este momento cuando los guantes comenzaron a perder popularidad y como los fabricantes de estos productos no querían perder su mercado, apostaron por renovar los productos a través de un trabajo de diseño enfocado a abarcar los gustos de cada conductor en el mundo. De esta forma, los guantes para conducir se convirtieron en un objeto de estatus.
Es por esta razón que, en la actualidad, estos productos pueden llegar a ser sumamente costosos, debido a que la industria evolucionó para convertir los guantes para conducir en un accesorio más cercano a la moda que a la necesidad, aunque no podemos negar que, para aquellos que han probado la sensación, es una experiencia de control única y si no nos creen, pregúntenle a los pilotos profesionales.
En el mercado actual podemos encontrar todo tipo de guantes de conducción, fabricados en cuero, lino, casimir, tela o seda, con dedos abiertos o cerrados, con accesorios distintivos de diseño y si, hasta con piedras preciosas incrustadas, claro, si tienes el dinero para pagarlo.
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