SEAT Arona Beats, a prueba: un flechazo al corazón de los millennials Gerardo García
SEAT quiere conectar con los consumidores más jóvenes, esos a los que la mercadotecnia ha envuelto en el término millennial. ¿Cómo hacerlo? Estando presente en festivales de música, con comerciales inspiradores y llenando sus coches de pantallas. El SEAT Arona Beats es el estandarte de toda esa filosofía.
Al millennial que vive en mí
Al millennial que vive en mí le fascinan las pantallas, pero sólo cuando se emplean correctamente. Por más que me duela admitirlo, no puedo negar que ese gran atractivo de Arona me conquistó. La cuestión es que el millennial que vive en mí convive también con una persona a la que le gustan mucho los coches, ¿el Arona le cumple a mis dos facetas?
Vayamos por partes y hablemos de lo Beats del Arona, que efectivamente, es un flechazo al cliente millenial. Los gráficos del cuadro de instrumentos digital están muy bien logrados y se muestran tres pantallas distintas, con información específica en cada caso. Yo me quedo con la que muestra el navegador casi en toda la pantalla, y deja sólo información relevante como velocidad en formato digital.
El sonido Beats está por encima de un sistema de sonido tradicional, en buena medida gracias al woofer trasero. No esperes estar en una sala de conciertos con un sistema de sonido premium, pero sí con buena definición, bajos y altos claros, y la capacidad de personalizar el sonido a través de la misma pantalla del vehículo.
El resto del equipamiento no está mal. Incluye cargador inalámbrico, sensor de reversa, equipo eléctrico, rines bitono de 17", entre otros. Siendo quisquillosos, me hubiese gustado que ya integrara faros de LED tanto por apariencia, como por utilidad, y que sumara quizá llave inteligente. Hay que entender que no está asado en el tope de gama, sino en el modelo intermedio, acondicionado con ciertos juguetes tecnológicos.
Al petrolhead que vive en mí
Al millenial que vive en mí le gustaron las pantallas, la combinación de colores de la carrocería y el sonido Beats. Punto y aparte. Escucha lo que mi lado petrolhead tiene que decir respecto al Arona, y aquí hay sentimientos encontrados.
Por un lado, el chasís del Arona me parece uno de los mejor logrados en el segmento de los B-SUV. La plataforma MQB lo hace sentir ligero, responsivo y con muchísimo aplomo al tomar curvas cerradas. La dirección es muy suave, aunque con el grado correcto de asistencia para saber qué sucede en el eje delantero. La altura respecto al piso tampoco es demasiada. Es más que un Ibiza, claro, pero tampoco viajas tan arriba como en otros SUV y eso se agradece al hablar de comportamiento dinámico.
Luego está el motor, ese bloque de 1.6 litros de 110 hp y 114 lb-pie que Grupo Volkswagen sigue explotando en el segmento B. En el caso de Arona va con transmisión automática de seis velocidades. Si no me gustaran los autos, el motor me daría igual, porque en ciudad desarrolla el poder necesario para moverse entre calles, pero a mí me gusta algo más de respuesta.
El motor le queda un tanto apretado. La caja debe estriar los primeros cambios para arrancar con cierto brío, pero una vez llegados a 70 u 80 km/h, ganar velocidad requiere paciencia. En carretera, según la geografía, incluso será necesario ir con el pie a fondo. El chasís en definitiva soportaría un motor más potente y, considerando el precio, suena extraño quedarse con sólo 110 hp cuando sus rivales rondan 140 hp.
Una propuesta encaminada al estilo
Como SUV para presumir —y mi millennial le gusta hacer eso, porque #Instagram— me parece una compra muy acertada. Vas a tener la seguridad necesaria, el confort indispensable y elementos tecnológicos únicos en la categoría en un SUV que, además, se viste en dos tonos, lleva una tapicería llamativa y general, huye de la monotonía.
Mi lado petrolhead me dice que quizá antes convenga comprar un Suzuki Vitara Boosterjet, con mejor respuesta dinámica y un chasís bien logrado... aunque a mi millennial interno le duela quedarse sin el equipo tecnológico de Arona Beats.
La batalla no es sencilla. El SEAT Arona Beats no es el único SUV que va a la caza de los millennials. El Soul es otro ejemplar muy enfocado al uso urbano, pero con motor más potente y algunos juguetes que también harán sonreír a clientes jóvenes. Luego están Toyota C-HR, Mazda CX-3 y Peugeot 2008, también orientados a esos clientes.
8.0
A favor
- El cuadro de instrumentos digital facilita la lectura.
- Los gráficos del sistema de infotenimiento sobresalen entre sus rivales.
- La puesta a punto del chasís: cómodo y estable.
En contra
- El motor entrega la potencia justa.
- Hay mucho plástico rígido en el habitáculo.
- Hay lugar para piernas en fila trasera.
SEAT Arona Beats
$370,900
- Motor: 4 cilindros de 1.6 litros
- Potencia máxima: 110 hp @ 5,800 rpm
- Par máximo: 114 lb-pie @ 3,800 rpm
- Transmisión: Automática de 6 vels.
- Tracción: Delantera
- Frenos: Disco / Disco
- Peso: 1,194 kg
- Velocidad máxima': 181 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h': 11.5 s
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Eje semirrígido
- Longitud: 4,138 mm
- Consumo en ciudad: 12.7 km/l
- Consumo en carretera: 18.8 km/l
- Consumo combinado: 13.3 km/l
- Capacidad del tanque: 40 litros
- Fabricado en: España
' Cifras anunciadas por el fabricante
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La noticia SEAT Arona Beats, a prueba: un flechazo al corazón de los millennials fue publicada originalmente en Motorpasión México por Gerardo García .
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