KIA Stinger EX 2.0 T, a prueba: una seductora alternativa del sedán de lujo Gerardo García
Hay un coche con el que los coreanos quisieron jugárselo todo: el KIA Stinger, un gran turismo en toda la extensión de la palabra, que sin perder los pies —¿las llantas?— de la tierra, avienta pedradas al segmento premium. ¿Vale la pena sacarse de la cabeza a los alemanes de toda la vida por este coreano? Lo tuvimos a prueba.
Un diseño que seduce
Que no porte los logos de una marca premium no significa que el KIA Stinger quiera pasar desapercibido. Los diseñadores crearon un fastback bajo y ancho, de cofre largo y silueta bien definida para convertirse en un imán de miradas. Va decorado con detalles muy racing, como cuatro salidas de escape y tomas de aire en el cofre.
Algo similar sucede con la cabina, que retoma elementos característicos del segmento premium, interpretados al estilo coreano. El tablero viste tres rejillas de ventilación al centro, acabados que simulan aluminio cepillado y un diseño envolvente que se extiende hasta el costado de las puertas.
La percepción de calidad es muy buena. Ojo, el KIA Stinger es un auto de lujo, mas no entra en la categoría premium. No esperes el grado de refinamiento de un BMW Serie 3 o un Mercedes-Benz Clase C, pero sí acabados suaves al tacto y muy por encima de los de un KIA promedio. Los ajustes entre piezas son buenos, aunque el techo panorámico produce algunos crujidos al circular por pavimento maltratado.
Una buena dosis de equipamiento
La gama 2020 del KIA Stinger en México está compuesta por dos versiones. La que pasó por nuestro garaje en esta ocasión corresponde a la EX, que es la de acceso a la gama. No veremos una carga tecnológica y de confort tan alta como en el GT, pero sí una buena dosis de comodidad.
Entre el equipamiento de serie se incluyen faros de LED, sensor de luz y de lluvia, tapicería en piel, asiento del conductor con ajuste eléctrico, cámara de visión trasera, sistema de sonido Harman Kardon de 15 bocinas, climatizador automático de tres zonas, techo panorámico e infotenimiento con pantalla de 7", compatible con Android Auto y Apple CarPlay.
Por los 634,900 pesos que pide KIA por esta versión, el equipamiento cumple; se queda al nivel del tope de gama de un sedán mediano, pero con los extras de diseño, prestaciones y manejo. Si acaso, la única ausencia que criticamos es un monitor de punto ciego, que la marca reserva para la versión más equipada.
Al volante es tan cómodo como responsivo
La filosofía de un gran turismo es equilibrar el confort con el desempeño. El KIA Stinger balancea perfectamente ambos conceptos a través de un chasís preparado para una conducción dinámica o trayectos cómodos en carretera.
La suspensión se nota un tanto firme sin llegar a incomodar ni alejarse de sus tareas de comodidad. El Stinger deja un muy buen sabor al volante gracias a una dirección bien programada y un centro de gravedad bajo, que en combinación transmiten confianza al pasar por curvas. No, no se percibe tan preciso como un sedán premium alemán, pero está lejos de la monotonía de un sedán yanqui o japonés.
El motor a cargo de movernos, en este caso, es un propulsor turbocargado de 2.0 litros, capaz de generar 250 hp y 260 lb-pie, enviados directamente al eje trasero gracias a una transmisión automática de ocho cambios. Me gusta el poco retraso que presenta, la rapidez con la que actúa la transmisión y lo juguetona que puede ser la parte trasera si partimos con el acelerador a fondo. No es tan explosivo como el V6, pero completa los 100 km/h en 6.3 segundos.
Hay cinco modos de manejo a elegir: Eco, Comfort, Smart (que selecciona automáticamente cualquiera de los otros modos), Sport y Sport+. La diferencia entre cada programa se vuelve evidente en el tacto de la dirección y la programación de la caja, pero sobre todo, en la sensibilidad del acelerador.
Una gran alternativa al lujo tradicional
¿El KIA Stinger es mejor que un sedán premium alemán? No, aunque se queda muy cerca. Su grado de refinamiento y la precisión del manejo se quedan un —pequeño— escalón debajo; a cambio nos ahorraremos una buena cantidad de dinero, tendremos un mayor nivel de equipamiento y algo más de espacio interior —aunque tampoco es el fuerte de Stinger.
Con este motor de 2.0 litros, el KIA Stinger me parece un excelente upgrade respecto al tope de gama de cualquier sedán mediano del mercado, como KIA Optima, Ford Fusion, Honda Accord o Mazda 6. Frente a un Serie 3 o un Clase C, lo más convincente es la diferencia de precio a cambio del equipamiento, sin sacrificar demasiado el desempeño.
8.6
A favor
- Bien equilibrado entre comodidad y sensación deportiva.
- Su apariencia seduce.
- El turbo presenta poco retraso.
En contra
- Poco espacio para cabeza.
- No incluye monitor de punto ciego.
- Es fácil disparar el consumo de combustible en el tráfico.
KIA Stinger EX 2.0 turbo
$634,900
- Motor: 4 cilindros turbo de 2.0 litros
- Potencia máxima: 250 hp @ 6,200 rpm
- Par máximo: 260 lb-pie @ 1,400 rpm
- Transmisión: Automática de 8 vels.
- Tracción: Trasera
- Frenos: Disco / Disco
- Peso: 1,700 kg
- Velocidad máxima': 233 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h': 6.3 s
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Independiente multibrazo
- Longitud: 4,830 mm
- Consumo en ciudad: 7.6 km/l
- Consumo en carretera': N.D.
- Consumo combinado': 14.2 km/l
- Capacidad del tanque: 60 litros
- Fabricado en: Corea del Sur
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