Inviable para industria terminal-autopartes, cumplimiento del T-MEC el 1 de junio Antonio Toledo

Dado que las nuevas reglas de origen que se pretenden implementar como parte del Tratado México, Estados Unidos y Canadá, T-MEC, son totalmente distintas a las establecidas en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, lo que implica una serie de cambios de procedimientos para su implementación en las empresas de la industria terminal, de autopartes y base proveedora en general, así como adecuación a sistemas informáticos, además de procedimientos de comunicación en torno a los cambios requeridos a la estructura abastecedora de la cadena productiva del sector, lo cual requiere cuando menos seis meses para su implementación, el nuevo esquema de negocios pretendido por los tres países, no debe entrar en vigor el 1 de junio entrante.

De acuerdo con argumentos expuestos por las empresas de la industria terminal y de autopartes que operan en México, es imposible cumplir con los requerimientos que establece el T–MEC para su entrada en vigor el 1 de junio de 2010, postura que avala la Confederación de Cámaras Industriales, Concamin.

Lo anterior se desprende de la información emitida por la Secretaría de Economía, SE, este martes 25 de marzo de 2020, en el sentido de que se avanza para tener listos los procedimientos y disposiciones legales para la entrada en vigor del T–MEC en la fecha fijada, con el argumento que ello ayudará a fomentar la inversión y a mitigar los impactos económicos derivados de la propagación del coronavirus, Covid–19.

En razón de ello, la industria automotriz en su conjunto, plantas del sector terminal de vehículos ligeros y pesados, así como fabricante de sistemas, partes y componentes (representadas por la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, AMIA, la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones, ANPACT e Industria Nacional de Autopartes, INA), han planteado a Graciela Márquez Colín, titular de la SE; a Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores, así como a los senadores Gina Andrea Cruz Blackledge, Gustavo Enrique Madero Muñoz y Ricardo Monreal Ávila, que el citado acuerdo comercial no debe entrar en vigor en la fecha originalmente establecida y que las Reglamentaciones Uniformes (RU) y las reglas de origen automotriz sean obligatorias a partir del uno de enero de 2021, con base en las circunstancias actuales de la economía del país y la complejidad de las cadenas de insumos de este sector, así como la logística para su articulación.

El planteamiento se fundamenta en el hecho de que, a la fecha (67 días antes del calendario establecido para la entrada en vigor del T–MEC), los representantes de la industria automotriz que opera en México no conocen aún el texto oficial de las RU, en las cuales se establece con detalle la metodología que deberá aplicarse para realizar los cálculos del valor del contenido regional para cumplir con las reglas establecidas dentro del nuevo pacto comercial trinacional.

Lo anterior se agudiza negativamente por las afectaciones económicas y laborales derivadas de la pandemia generada por el Covid–19, las cuales afectan el abasto de partes y componentes en razón de la reducción de operaciones ocasionadas por los paros técnicos que han sido obligadas a realizar las empresas de la industria terminal y su base proveedora.

Se argumenta que similar condición de aplazamiento, solicitaron las empresas homólogas de Estados Unidos y Canadá.

En concordancia con los planteamientos expuestos por los organismos cúpula que representa, la Concamin converge en la necesidad de que el gobierno mexicano reconsidere la fecha de entrada en vigor del T-MEC, al observar que el Ejecutivo Federal debe reflexionar acerca de las consecuencias que pudieran ocasionarse al sector, al obligarlo a regirse por lo establecido en el nuevo tratado, a partir de considerar que:

– La industria automotriz ha evolucionado junto con México desde 1925.

– Es uno de los principales impulsores de la economía nacional.

– Representa uno de los principales sectores exportadores.

– Durante los últimos diez años ha representado 20% del Producto Interno Bruto–PIB manufacturero.

– Significa la generación de casi 900,000 empleos directos.

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