Acura ILX 2019, al volante de un sedán que se sacude algunos de (pero no todos) sus años Gerardo García
Desde que el NSX llegó a este mundo, toda la familia Acura ha intentado parecerse a él. El único modelo que aún no atravesaba por esta metamorfosis era el ILX, el compacto de acceso a la gama que ha esperado hasta 2019 para mostrarnos un nuevo rostro. Su cirugía plástica ha sido profunda y con toda la intención de quitarle algunos años de encima... pero el tiempo no pasa de largo. ¿Te quedas a conocerlo?
El ILX ahora luce más agresivo y deportivo
Lo primero que debes saber es que el Acura ILX 2019 no cambia de generación; su lavado de cara es tan profundo que podría hacerte creer que se trata de un auto totalmente nuevo, cuando en realidad conserva los componentes del modelo anterior. Eso sí, incrementa su atractivo y se alinea con el estilo del resto de la gama.
El frontal adopta faros más gruesos y afilados, a tono con una nueva parrilla tipo diamante y líneas de carácter muy marcadas. En la parte trasera veremos un rediseño total con nuevas calaveras de LED —de firma muy peculiar— y elementos de tintes deportivos: alerón y difusor en acabado negro brillante, salidas de aire simuladas y, curiosamente, sólo una salida de escape.
Al igual que el resto de los modelos de Acura en México, la gama del ILX 2019 queda compuesta por dos versiones, Tech y A-Spec, esta última de corte más deportivo. En su apariencia, la diferencia principal son los rines, de 17" para Tech y 18" oscurecidos para el A-Spec.
La cabina cumple, pero no sorprende
A lo largo de la extensa jornada de manejo llegué a comentar con algunos colegas que el nuevo ILX es verdaderamente fotogénico —cuando cayó la tarde, yo no podía quitarle el lente de encima. Estuvieron de acuerdo. Luego mencioné que a la cabina le hizo falta esa misma frescura del exterior. Estuvieron de acuerdo nuevamente.
Mientras el exterior cambia de manera radical, la cabina apenas estrena un nuevo inserto decorativo brillante —que puede ser molesto cuando el sol está en posición cenital. Su calidad cumple bajo el criterio de una marca de volumen; desde el estándar de una firma premium, el nuevo ILX se queda corto.
Los controles en el volante, los mandos del climatizador y los gráficos de la computadora de viaje saben mucho a Honda, y no a Honda de los nuevos. El paso del tiempo también se refleja en la interfaz del sistema de infotenimiento, que aún tras haber sido revisado para mejorar su respuesta (30% más rápido, según Acura), sigue siendo lento frente a un sistema de nueva generación. Además, en todo el vehículo sólo hay un puerto USB. Eso sí, ahora es compatible con Android Auto y Apple CarPlay.
Al hablar de equipamiento, el Acura ILX 2019 nos muestra una de sus principales fortalezas. Encontraremos un sistema de sonido Elliot Scheiner ELS Studio con 10 bocinas de muy alta calidad, espejo retrovisor electrocromático, asientos delanteros con función de calefacción, ajuste eléctrico y memoria para el conductor, sistema de navegación, llave inteligente, tapicería en piel con gamuza, entre otros.
Lo más interesante está en el campo de las asistencias de conducción. De serie incluye alerta de colisión frontal —muy sensible— con freno autónomo de emergencia, alerta de abandono involuntario del camino con función de seguimiento de líneas de carril, cámara de reversa y control de velocidad crucero. La versión A-Spec suma monitor de punto ciego y prevención de colisión trasera.
Al volante es un sedán cómodo y ágil
El Acura ILX utiliza la misma plataforma de la novena generación del Honda Civic, es decir, la anterior. Su calidad de marcha es buena, sin llegar al nivel de un sedán premium de última generación, pero sí con un buen nivel de aislamiento y de confort.
Pese al enfoque deportivo de su apariencia —y de su campaña de mercadotecnia—, el Acura ILX se desenvuelve mejor ante ojos que buscan el confort. En rectas largas sobresale el buen nivel de insonorización y la suavidad de la suspensión, que logra absorber las irregularidades del camino sin crear un vehículo saltón.
Al trazar curvas, la dirección transmite suficiente confianza, aunque si vamos excedidos de velocidad, la inclinación de la carrocería nos recordará que no se trata de un vehículo de altas prestaciones; las asistencias intervendrán para mantener la trayectoria sin mayor problema.
Dinámicamente hay dos cosas que llaman la atención: la ausencia de un motor turbo y la capacidad de revoluciones que tiene su propulsor. Según nos dicen en Honda, la plataforma del ILX no admite el nuevo motor turbo de 1.5 litros que encontramos en Civic, por lo que se queda con el bloque atmosférico de 2.4 litros de 201 hp y 180 lb-pie. Sí, el mismo del Civic Si anterior.
A pesar de que el chasís se orienta al confort, el motor goza de un auténtico espíritu deportivo, comenzando por su capacidad de girar hasta a 6,800 revoluciones... ¡y mantenerse empujando! El sonido, además, es grave y hasta seductor; truena como los grandes deportivos al realizar los cambios en la zona roja del tacómetro.
La transmisión ayuda mucho a sacar lo mejor de este motor. Se trata de un cambio automático de doble embrague de ocho velocidades, no tan rápido como el de sus competidores alemanes, pero notablemente más ágil que una automática convencional. Lo más destacable es su nivel de anticipación; en modo S parece que su programación nos lee la mente. Hay cambios en el volante para manipularla más fácilmente.
Un sedán cuyo único enemigo es el tiempo
El Acura ILX busca mantenerse vigente y, al menos en apariencia, lo consigue. Lo cierto es que para triunfar en el segmento premium hace falta más que una cara bonita. La presencia de un solo puerto USB en toda la cabina, la ausencia de salidas de aire acondicionado atrás y los acabados del tablero reflejan el paso del tiempo. Y con rango de precios de $529,900 a $569,900, el ILX no es un sedán barato.
El nivel de asistencias de conducción y la buena pareja que hacen el motor y la transmisión pueden ser factores convincentes, aunque en el panorama exista un Volkswagen Jetta GLI más deportivo y casi igual de equipado, o un Mazda 6 Signature más refinado, amplio y veloz. Si el Acura ILX no quiere quedarse atrás, le hace falta adoptar el talento del nuevo Civic y aderezarlo con todo lo bueno que Acura ha demostrado ser capaz de hacer —con el nuevo RDX como máxima referencia.
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