Mercedes-AMG GLB 35, a prueba: la metamorfosis de un todoterreno a un AMG genuino Gerardo García
La mejor versión de cualquier Mercedes-Benz será aquella que se escriba con las siglas AMG. La división deportiva de la firma alemana ha crecido tanto, que su gama ya no se reduce sólo a coupés o SUV de gama alta. Con el Mercedes-AMG GLB 35 se firma un pacto de paz entre diversión al volante, practicidad y dimensiones compactas.
La denominación 35 llegó a AMG como un nuevo nivel de acceso a la gama de modelos deportivos compactos. Ojo, no por llevar el número más pequeño de la familia se siente menos AMG. Para entender su concepto hay que verlo como algo más que un SUV dotado de un motor potente; es un GLB meticulosamente adaptado al alto desempeño... y, además, con motor potente.
Un chasís listo para la acción
Haberle puesto primero las manos encima al Mercedes-Benz GLB 250 me volvió un tanto escéptico sobre el grado de deportividad que podría ofrecer el Mercedes-AMG GLB 35. Convertir a un SUV de vocación todoterreno familiar en un genuino vehículo de alto desempeño no sonaba sencillo y, sin embargo, los ingenieros de AMG demostraron que es posible.
Buena parte del trabajo se concentró en la suspensión. AMG rediseñó los brazos transversales del eje delantero, los soportes de rueda traseros y creó un subchasís específico para este modelo, todo con el objetivo de que el GLB 35 sea capaz de entrar rápido a curvas sin tendencia a inclinarse y que se pueda explotar el máximo potencial del motor sin importar el trazado del camino.
En la dirección también encontramos modificaciones importantes. Su radio variable se reduce a altas velocidades con el fin de mejorar el control gracias a movimientos más cortos; el tacto, además, es notablemente más firme que en un GLB 250. Los frenos, por su parte, llevan cuatro pistones al frente, con discos delanteros de 350 mm y traseros de 330 mm.
Todos estos tecnicismos cobran sentido al conducirlo. Los primeros kilómetros desvanecieron mis dudas sobre cómo un SUV notoriamente alto y de corte familiar podría acoger el espíritu AMG. La dirección se siente mucho más comunicativa y la suspensión pisa con mayor rigidez, sin llegar a ser incómoda gracias a amortiguadores variables, que incrementan o reducen la firmeza según el modo de manejo seleccionado.
Conforme vamos entrando a carretera de montaña y la ruta se va poniendo más interesante, voy descubriendo que el Mercedes-AMG GLB 35 realmente está preparado para una conducción demandante. El sistema Ride Control en verdad logra mitigar el body-roll y el comportamiento en curvas es sumamente neutral. El sistema de tracción integral 4MATIC tiene mucho que ver; dosifica la cantidad de par enviada a cada eje.
Si hasta ahora no he mencionado mucho del motor, es porque el trabajo del chasís me parece de lo más sobresaliente, aunque las prestaciones de este bloque de 2.0 litros de 306 hp y 295 lb-pie tampoco se quedan atrás. Su aceleración roza lo feroz y sorprende por su capacidad de respuesta a cualquier rango de revoluciones, sea al arranque o en la zona alta del tacómetro.
En lugar del cambio de siete velocidades, el Mercedes-AMG GLB 35 lleva una transmisión AMG SPEEDSHIFT de ocho cambios y doble embrague que siempre sabe dónde colocar la aguja del tacómetro según el perfil de manejo seleccionado. En modos Sport y Sport+ es donde más refleja su carácter rabioso; sostiene los cambios y, al presionar el freno antes de entrar a una curva, desciende una o dos marchas para pasar a un rango de revoluciones realmente. El sonido del escape, además, es ronco, al estilo de un AMG genuino.
El tratamiento AMG se nota a simple vista
No hace falta leer la ficha técnica del Mercedes-AMG GLB 35 para entender que se trata de un modelo de alto desempeño. El tratamiento deportivo se nota a simple vista gracias a todo el equipo aerodinámico y a un diseño de parrilla que avala su pertenencia a la familia AMG. Se puede vestir con rines de 19 a 21" y, con el paquete AMG Night, piezas específicas del equipo aerodinámico se decoran en acabado negro brillante.
Así es como el navegador del @MercedesBenzMx GLB se apoya en realidad aumentada para que no te pierdas al seguir un mapa. 🤯 pic.twitter.com/K76R2Wi0Yz
— Motorpasión México (@MotorpasionMex) December 5, 2019
La cabina también recibe su dosis de alto desempeño. El GLB 35 estrena asientos deportivos tapizados a mano con cuero Artico y microfibra Dinamica con costuras rojas. El volante incluido de serie ya refleja el estilo deportivo de la casa, pero opcionalmente se ofrece el volante AMG Performance, que incluye un par de perillas con pantalla incluida para configurar distintos modos de manejo.
En su configuración de serie incluye sólo dos filas de asientos, pero de manera opcional se puede añadir una tercera fila, en la que se acomodan correctamente personas de hasta 1.68 metros de alto. La segunda fila se puede recorrer para mejorar el lugar para rodillas en la fila adicional.
A la espera del Mercedes-AMG GLB 45
Luego de haberle puesto las manos encima al Mercedes-AMG GLB 35, me queda claro que es fiel a los principios de alto desempeño de la marca. Sus 306 hp y el chasís preparado para la velocidad pueden satisfacer el gusto de los amantes de la conducción deportiva, pero quien quiera prestaciones aún superiores, un modelo de más altas prestaciones podría estar en camino.
Al igual que en otros modelos de la familia compacta de Mercedes-AMG, la denominación 35 es sólo la antesala ante la variante más explosiva: la 45. No se ha confirmado que el GLB vaya a adoptar esta configuración con motor de hasta 420 hp. A mi parecer, con 306 hp basta, pero nunca me negaré a modelos más y más potentes. Su lanzamiento tendrá lugar en México en 2020 y hasta entonces se darán a conocer los precios.
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