Porsche Macan S, a prueba: cuando la "S" de SUV realmente significa algo Gerardo García
Si el Porsche Cayenne causó salpullido el día de su estreno en 2002, su hermano menor provocó, cuando menos, comezón entre puristas en 2014. Pero puristas, les tengo noticias: si deportivos como los 718 o 911 siguen siendo rentables, es porque el dinero llega a Stuttgart gracias al Porsche Macan. Su modelo 2019 recibe una actualización de media vida, poco profunda a nivel diseño, meticulosa a nivel mecánico y muy atenta a la tecnología.
Hay que dejar algo en claro: el Macan S es un Porsche que no por querer vender mucho, se toma a la ligera el emblema que porta. Todo lo que vas a encontrar en el Macan se construye alrededor de un principio: una conducción altamente dinámica. A segundo plano, aunque con la atención necesaria, pasan la capacidad todoterreno, la comodidad y la tecnología.
A simple vista se nota su carácter deportivo. Es evidente que el 911 sigue siendo el núcleo que une las piezas de diseño en toda la familia Porsche. Para este facelift son nuevos los faros de LED con luz diurna de cuatro puntos y una trasera que integra las calaveras a través de una barra luminosa por todo lo ancho, al puro estilo de la nueva generación de modelos de la marca.
La conectividad se pone al día
Si en algún momento Porsche decidió hacer algo más que sólo coupés y roadsters, da gusto que al menos fuesen fieles a los elementos clásicos de su cabina. En el Macan tendremos el clásico reloj análogo, los tradicionales botones del sistema multimedia, la tipografía de toda la vida y un tacómetro que sobresale de los instrumentos, y nos dice que el Macan es un modelo de alto desempeño.
La unidad que llegó a nuestro garaje va con varios opcionales, incluidos varios insertos en fibra de carbono. Aún sin esos elementos decorativos, la percepción de calidad es muy alta, desde el tacto del cuero hasta los acabados en alto brillo. Si acaso, las piezas a los costados de la consola central me parecen un tanto rígidas, pero no de percepción barata.
Aquí dentro, lo más novedoso es la interfaz del sistema Porsche Communication Management, que reemplaza su pantalla de 7” por una de 10.9” de alto brillo, con más opciones de conectividad, como Apple CarPlay y Andriod Auto, y hasta servicios en línea a través del programa Porsche Connect.
El equipamiento es abundante, aunque mucho se queda en el plano de lo opcional y a un precio alto. De serie tendremos climatizador de tres zonas, faros de LED, una pequeña pantalla circular a color en el cuadro de instrumentos, rines de 18”, sensor de lluvia, sistema de sonido de 10 bocinas, cajuela eléctrica, alerta de abandono de carril y cuarto puertos USB.
Opcionalmente se puede vestir hasta con lo que ni te imaginas: faros matrix, freno autónomo de emergencia, rines de hasta 21”, techo panorámico, suspensión neumática regulable en altura, amortiguación variable, frenos carbonocerámicos... y eso sólo por mencionar algunas cosas.
Así de bien va el SUV más dinámico del segmento
El Macan es un Porsche antes que un SUV. Es el más dinámico de su categoría y lo digo sin pensarlo dos veces. La respuesta de todo es inmediata: los movimientos del volante, los roces del acelerador o lo que pises del freno. Todo sucede con alta precisión y plena sensación de control.
Me llama la atención lo rígida que puede ser la suspensión. Incluso en su configuración más blanda se sigue sintiendo firme. No llega a incomodar, pero ciertamente no va con la misma suavidad que cualquier SUV… porque, bueno, este no es cualquier SUV.
También sorprende el equilibrio del chasis, y es que sin ser un vehículo ligero —de hecho pesa más de 1800 kg—, el comportamiento es curvas es sobresaliente. No va como un coupé, pero ya quisieran algunos sedanes de precio similar moverse como lo hace el Macan. Los ingenieros fueron capaces se mantener a raya el body-roll, bajar lo más posible el centro de gravedad y poner a punto una electrónica que distribuya correctamente el poder.
No sabemos a ciencia cierta cuáles fueron los ajustes de chasís de los que habla Porsche, pero el Macan se nota más refinado y preciso. Sabemos que sigue el principio de llantas mixtas, poco común en la categoría; las del eje trasero son un poco más anchas para mejorar el comportamiento. El sistema de tracción integral también ayuda. Le da prioridad al eje trasero y envía lo necesario al delantero para obtener un comportamiento neutral y asegurar un buen grado de adherencia.
Vamos con el motor que, evidentemente, es otra de las claves del dinamismo del Porsche Macan S. Para el modelo 2019 seguiremos encontrando un V6 de 3.0 litros, pero ya no es twin-turbo, ahora va con un solo turbocargador, gana 14 hp, para un total de 354 hp y 354 lb-pie.
En el Macan no hay que esperar que el tacómetro llegue a cierto rango para que el propulsor despierte. Hay par abundante desde el primer roce del acelerador y se mantiene vivaz a cualquier rango. La caja PDK de 7 cambios le ayuda, y se adapta al programa de manejo seleccionado. Llega a 100 km/h en 5.1 segundos, o 5.3 s sin paquete Sport Chrono.
Otra cosa digna de destacar es el selector de modos de manejo integrado al volante, que es nuevo para el Macan 2019. Su perilla no sólo permite seleccionar entre distintos perfiles de conducción, sino que integra un botón llamado Sport Response, que pasa el Macan a modo Sport por 20 segundos, ideal para rebases o momentos en que necesitas el auto en su máxima capacidad.
Del brillante comportamiento del Macan hay un lado B: el consumo. En ciudad promediamos 6.9 km/l; no es escandalosamente bajo, pero tampoco será nuestro referente de eficiencia. Siendo sinceros, con las llaves de un Porsche el consumo siempre pasará a tercer plano. ¿Quieres buen consumo? Cómprate un híbrido.
Un Porsche para todos los días
Si no existiera el 911, y toco madera, el Macan me parecería el mejor Porsche para todos los días. Su talla de menos de 4.7 metros de largo, la altura respecto al piso —que es elevada, pero no demasiado— y la respuesta me parecen un sensacional equilibrio entre todo lo que queremos y necesitamos los amantes de la conducción deportiva. Y a los que sólo les interesa un SUV de Porsche para presumir, tampoco defrauda.
Desde luego que no es una compra con la cabeza. Antes de cualquier opcional, el Macan ya cuesta 1,208,000 pesos. De serie no tiene el equipo que sus rivales podrían ofrecer a un precio similar. Tampoco es el más espacioso. Pero hay algo que ni BMW X3 ni Audi Q5 ni ningún otro SUV de la categoría pueden llevar ni en su configuración más ostentosa: la precisión y el manejo deportivo de Macan.
9.1
A favor
- El comportamiento es digno de un vehículo deportivo.
- Su diseño apegado al estilo del 911.
- Sus ventas mantienen a los 718 y 911 a flote.
En contra
- Mucho equipamiento es opcional.
- El espacio para cabeza en la banca trasera es un tanto limitado.
Porsche Macan S
$1,208,000
- Motor: V6 turbo de 3.0 litros
- Potencia máxima: 354 hp @ 5,400 rpm
- Par máximo: 354 lb-pie @ 1,360 rpm
- Transmisión: Automática de doble embrague de 7 vels.
- Tracción: Integral
- Frenos: Disco / Disco
- Peso: 1,865 kg
- Velocidad máxima': 254 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h': 5.1 s
- Suspensión delantera: Doble horquilla independiente
- Suspensión trasera: Multibrazo trapezoidal
- Longitud: 4,696 mm
- Cajuela: 488 litros
- Consumo en ciudad: 6.9 km/l
- Consumo combinado': 11.4 km/l
- Consumo en carretera': 13.5 km/l
- Capacidad del tanque: 65 litros
- Fabricado en: Alemania
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