Toyota Raize, a prueba: un B-SUV que no confunde barato con austero Gerardo García
Me puse a contarlos. La categoría de los B-SUV en México ya está compuesta por 22 modelos... ahora 23. De esas casi dos docenas de opciones, el Toyota Raize llega a México para convertirse en uno de los más accesibles, y lo hace poniendo cartas interesantes sobre la mesa, como un motor turbo y una buena dosis de equipamiento a un precio tentador. ¿Puede un SUV barato cumplir con todo? Lo tuvimos a prueba.
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Toyota ha convertido al RAV4 en uno de los SUV favoritos de su categoría, pero aún no tenía un modelo que conquistara el mercado de los SUV más pequeños. En su momento lo intentaron con el C-HR, y años atrás incluso hubo intención de hacerlo con el Rush, pero su estrategia finalmente toma forma hasta 2022, con un Corolla Cross como hermano menor del RAV4 y un Raize como SUV de acceso a la gama.
Lo primero que salta a la vista es su tamaño. El Toyota Raize se ve mucho más pequeño que sus rivales... porque en realidad lo es. Mide sólo 4.03 metros de largo, es decir, es 10 cm más corto que un SEAT Arona y casi 30 cm más pequeño que un Duster o que un ZS. Es el B-SUV más corto de la categoría.
Su estilo de diseño es bastante cuadrado y de mucho sabor asiático, desde las proporciones y la silueta, hasta la paleta de colores, que incluye opciones a pintura amarilla, azul o rojo brillantes. Todas las versiones calzan rines de aluminio de 17" y llevan faros de LED. También está la opción a una carrocería bitono con el techo pintado de negro.
Los acabados son sencillos, pero equipamiento apunta alto
Pasemos al interior. A simple vista hay dos cosas que llaman la atención, y que contrastan bastante entre sí. Una es la cantidad de equipamiento que Toyota logró incluir por el precio; no me esperaba, por ejemplo, encontrar un cuadro de instrumentos completamente digital. Lo otro es la selección de materiales, que me deja muy en claro el enfoque de bajo costo de este modelo.
Todas las piezas del tablero son rígidas y de apariencia brillante. No lleva la selección de materiales más refinada de la categoría, aunque intenta elevar la percepción de calidad mezclando colores y texturas. Eso sí, las principales piezas de contacto, como volante, pantalla y perillas de A/C tienen el tacto correcto.
Lo que sí me parece importante revisar es el nivel de ensamble, sobre todo al hablar de ajuste de piezas. Aun con el coche detenido, la cantidad de vibraciones a bordo es mucha, lo que genera algunos ruidos incidentales y hasta sorpresas, como ver temblar repentinamente a la pantalla cuando el aire acondicionado está activado. Entiendo que siendo un SUV de acceso no puedo ser muy exigente, pero me pareció curioso.
Ahora bien, en lo que respecta al diseño de interiores, los controles del volante son fáciles de manipular y el cuadro de instrumentos digital —con buen nivel de personalización— facilita la lectura de datos relevantes. La pantalla de 8" del sistema multimedia está en una posición cómoda, aunque no me encantó que llevara el puerto USB en el marco, porque el cable queda colgando en el tablero.
Donde el Toyota Raize se vuelve altamente convincente es al mirar la cantidad de equipamiento. A México llega una sola versión, disponible con caja manual o automática, con precio de 333,900 a 349,900 pesos, más 6,000 pesos si se opta por la versión con carrocería bitono.
Por lo que cuesta, da gusto encontrarse elementos como faros de LED de encendido automático, llave inteligente, pantalla de 8" compatible con Android Auto y Apple CarPlay, llanta de refacción completa con su propio rin de aluminio de 17", cuadro de instrumentos digital —que incluso puede desplegar felicitaciones en cumpleaños o aniversarios—, climatización automática, cámara de reversa, volante forrado en piel y sensor de estacionamiento trasero que, por cierto, emite pitidos siempre que está activo, independientemente de si hay o no objetos cercanos.
Otro punto realmente fuerte es que Toyota no eliminó ningún elemento de seguridad para mantener un precio competitivo. El Raize incluye de serie frenos ABS, control electrónico de estabilidad y seis bolsas de aire. En pruebas de choque obtuvo calificación de cinco estrellas, tanto en la evaluación de Japón, como en la de otros mercados asiáticos, como el de Indonesia, que es desde donde se importa a México.
Hablemos de espacio. Si estamos ante el SUV más corto de la categoría, es difícil exigir plazas traseras amplias, pero el Raize se siente mucho más amplio de lo que parece por fuera, con suficiente lugar para piernas y para cabeza, y una cajuela de 369 litros. El truco para aprovechar el espacio se encuentra en su distancia entre ejes; de defensa a defensa es 30 cm más corto que Duster, pero la diferencia entre sus distancias entre ejes es de 15 cm.
Un motor que le queda a la medida
El Toyota Raize llega a México con un motor turbo de tan solo 1.0 litro y tres cilindros, con cifras que podrían parecer modestas: 97 hp y 103 lb-pie. Aquí lo importante no está en sus números, sino lo que hace con ellos. En primer lugar, el Raize pesa alrededor de 1,050 kg, siendo uno de los SUV más livianos de la categoría. En segundo lugar, el turbocargador lo vuelve inmune a la pérdida de potencia por la altitud en ciudades que no están al nivel del mar. En tercero, y lo más importante, hay poco turbolag, de modo que no se siente torpe al arrancar.
Para moverse entre calles y avenidas, la potencia del Toyota Raize basta y sobra. Se siente más rápido de lo que sus números te harían pensar. No es un SUV para romper récords de aceleración, pero entre los SUV más accesibles de México, es de los que mejor se mueve.
La transmisión puede ser manual de cinco cambios o automática CVT, como el Raize que probamos. La caja prioriza el rendimiento de combustible y quizá no brilla por su rapidez, aunque tampoco califica como torpe ni tiene el marcado efecto de estancarse en un rango de revoluciones, como sucede habitualmente con este tipo de cajas. Tiene modo Sport y, sorpresivamente, un modo manual que se puede controlar desde paletas en el volante.
Ahora bien, en lo que respecta a manejo, lo primero a saber es que el Raize no fue desarrollado precisamente por Toyota. Fue creado por una de sus marcas de bajo costo, llamada Daihatsu, a partir de una plataforma derivada de su arquitectura global. Es una plataforma de nueva generación, pero más sencilla que la de otros modelos de Toyota.
Pensado como el SUV urbano que es, el Raize se comporta correctamente. La suspensión se siente hasta cierto punto sencilla, pero transmite robustez al pasar por topes y baches, y no es tan saltona. La dirección es sumamente suave, sin desconectarnos demasiado de lo que sucede con las llantas delanteras.
A velocidades más altas, en carretera, lo blando de la suspensión se traduce en cierta inclinación de la carrocería al pasar por curvas. La ligereza le ayuda a mantener el control, pero será mejor no buscar el límite. Tiene el aplomo necesario para moverse con confianza, siempre que entendamos que no pretende ser un SUV de tacto deportivo.
Finalmente hablemos de consumo, que es otro de sus puntos fuertes. Siendo un motor tan pequeño al que no le cuesta tanto trabajo mover a un SUV ligero, el rendimiento de combustible es bueno sin necesidad de cuidar excesivamente el acelerador. En ciudad promediamos 13.3 km/l.
Un B-SUV que esquiva los errores de la categoría
El Toyota Raize se atrevió a desafiar a la categoría de los B-SUV de acceso con un motor turbo de grata respuesta, equipamiento poco habitual por el precio y, sobre todo, un nivel de seguridad que no ofrecen ninguno de sus competidores, porque usualmente lo reservan para versiones más costosas que los 349,900 pesos de este modelo.
Me hubiera gustado un interior con ajustes más sólidos y quizá una cabina más amplia, pero quien busque un SUV no necesariamente por espacio o refinamiento, encontrará en el Raize una propuesta difícil de igualar por el precio. Esquiva los errores habituales de la categoría, como escatimar en seguridad, limitar equipamiento y ofrecer motores demasiado sencillos.
Su competidor más difícil quizá sea el KIA Soul, ligeramente más caro y con menos equipamiento, pero mejores acabados, algo más de espacio y el mismo estándar de seguridad. Otras opciones a precio similar son Chevrolet Groove, Renault Duster, MG ZS y hasta JAC Sei 2 y Renault Stepway.
8.6
A favor
- El motor turbo lo vuelve ágil y con buen consumo de gasolina.
- Muy buen nivel de equipamiento por el precio.
- Equipo de seguridad completo.
En contra
- Muchas vibraciones se cuelan al interior.
- Los plásticos en la cabina son sencillos.
- Espacio interior y volumen de cajuela justos.
Toyota Raize XLE CVT
$349,900
- Motor: 3 cilindros turbo de 1.0 litro
- Potencia: 98 hp @ 6,000 rpm
- Par: 103 lb-pie @ 4,500 rpm
- Transmisión: Automática CVT
- Tracción: Delantera
- Frenos: Disco / tambor
- Peso: 1,050 kg
- Neumáticos: 205/60 R17
- Suspensión delantera: Independiente tipo McPherson
- Suspensión trasera: Barra de torsión
- Longitud: 4,030 mm
- Cajuela: 369 litros
- Consumo en ciudad: 13.3 km/l
- Capacidad del tanque: 36 litros
- Fabricado en: Indonesia
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La noticia Toyota Raize, a prueba: un B-SUV que no confunde barato con austero fue publicada originalmente en Motorpasión México por Gerardo García .
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